La gestión de la seguridad y la salud de las empresas requiere de un orden y planificación que nos garantice que se cumple tanto con la normativa como con las necesidades de la compañía. Por eso, las soluciones informáticas son las que ofrecen mejores resultados tanto en elaboración, distribución, control y actualización de datos. En el post anterior ya destacamos las aplicaciones como solución óptima pero, ¿cómo elegir la correcta para nuestros intereses?
Los directivos son quienes han de evaluar qué se necesita en la gestión de la seguridad y la salud de la compañía. En el artículo que sigue a continuación describiremos los principales requerimientos que debe cumplir la solución que nos interese implementar en función de nuestras propias necesidades.
Cubrir necesidades
Antes de decantarnos por una solución u otra debemos plantearnos qué es lo que necesitamos, cuáles son las necesidades a cubrir con la aplicación.
- ¿Disponer de un registro de datos sencillo?
- ¿Gestionar un aspecto concreto de la gestión preventiva?
- ¿Manejar el ciclo completo de la gestión preventiva?
Una vez tengamos claro esto, debemos evaluar el alcance de la implantación de la herramienta.
- ¿Queremos que sea una solución local limitada a una actividad, un centro de trabajo o un número de técnicos de seguridad y salud concretos?
- ¿Queremos que sea una solución multi-empresa y multi-usuarios, es decir, a la que puedan acceder todos los trabajadores desde cualquier centro de trabajo e independientemente de la actividad y el idioma que hablen?
Y por último, y no menos importante, hay que saber de qué recursos disponemos.
- ¿De cuánto tiempo de implantación disponemos? No podemos olvidar que las soluciones específicas requerirán de más tiempo para desarrollarse y ejecutarse.
- ¿Qué inversión económica podemos hacer? Las soluciones específicas implican un mayor gasto.
Elementos funcionales de la aplicación
Una vez hayamos decidido las necesidades a cubrir con la aplicación, el alcance y los recursos de los que disponemos, ya podemos centrarnos en definir las funcionalidades de la misma, teniendo siempre en cuenta los siguientes aspectos:
- Interfaz ágil e intuitiva: el entorno de comunicación entre la aplicación y el usuario ha de ser claro, sobre todo si hablamos de una solución accesible a personal no técnico del área de seguridad y salud.
- Acceso a la aplicación como software as a service: Siempre que la política de seguridad informática de la empresa lo permita, esta modalidad es la idónea ya que simplifica los procesos de actualización, soporte y resolución de incidencias.
- Capacidad de crecer y adaptarse: el software debe estar preparado para reaccionar ante los cambios.
A la hora de elegir una solución también debemos prestar atención a quién nos la implanta. La experiencia y trayectoria del desarrollador deben tenerse en cuenta por lo que es preciso que nos informemos de cómo trabaja y de la experiencia que pueda tener en el campo de la gestión de la seguridad y la salud en organizaciones como la nuestra.
Una vez hayamos puesto en marcha la solución, habrá que estar muy atento a la respuesta por parte de los usuarios para evaluar los servicios de soporte y resolución de incidencias. En este sentido, debemos asegurarnos de que los trabajadores disponen de un servicio de atención inmediata, ya sea por mail o por teléfono.