Como parte integrante de un todo, todo mánager de Seguridad y Salud asiste periódicamente a las reuniones corporativas de su organización para comentar los resultados globales mensuales, trimestrales o anuales.
Lamentablemente, la asistencia no siempre es sinónimo de participación o de ser objeto de un punto del día. Es más, en el mejor de los casos, la seguridad y salud ocupará una esquina de ese cuadro de mando global en el que se mostrará la variabilidad de accidentes respecto al ejercicio anterior o un índice de frecuencia. Esta es una práctica que sigue muy presente en las organizaciones de hoy en día, pero que se puede revertir si conseguimos que la seguridad se convierta en un elemento indispensable dentro del ámbito empresarial.
A muchos de vosotros esta situación les resultará familiar, a cada uno con sus particularidades concretas. Seguramente algunos ya habréis probado estrategias para cambiar la tendencia de esta situación, otros lo habrán conseguido y otros se habrán rendido. Estés en el punto que estés, estos elementos pueden ayudarte a mejorar o darle la vuelta a esta situación.
Integra y alinea la seguridad con los true norths de la empresa
Es habitual que las organizaciones tengan true norths vinculados al crecimiento económico, a la alta productividad o a la mejora de la eficiencia en los procesos productivos, pero la seguridad no suele ocupar un hueco en ellos, o al menos, no de forma explícita o directa. Pues bien, hacer que la seguridad esté alineada con estos horizontes depende de nosotros.
Para ello, haz visible el hecho que la seguridad puede jugar un papel determinante en ellos y define una estrategia que permita evidenciarlo.
¿La seguridad no puede ser Lean y ser un parte de los procesos productivos eficientes?
¿Qué impacto económico tiene la reducción de la accidentabilidad, solo por el hecho de que no ocurran accidentes con frecuencia o que no sean de tanta gravedad?
¿La gestión psicosocial de las personas no influye en la productividad o en la reducción potencial del riesgo?
¿Se puede cambiar el enfoque de las formaciones para que sean espacios de aprendizaje desde la experiencia, desde el juego potenciando la percepción del riesgo y no la evaluación de conocimientos?
Haz que se hable de seguridad
Para que la seguridad sea un elemento clave a nivel corporativo, esta debe tener la presencia que se merece.
- Demuestra un liderazgo efectivo. Ser un buen líder es clave para hacer que te sigan.
- Haz visible la seguridad. Campañas de comunicación, empezar hablando de seguridad en las reuniones son elementos que pueden ayudarte a empapar a las personas de seguridad.
- Haz partícipe a toda tu organización. Toda la organización debe ser parte de la seguridad de la empresa, no sólo como figurantes, sino como actores directos. ¿Por qué no nos puede notificar un accidente cualquier empleado si tiene herramientas para hacerlo? Todos y cada uno de los miembros de la organización son importantes en materia de seguridad.
Practica una cultura preventiva proactiva y evita la reactividad
Si vemos la seguridad como un imperativo legal siempre iremos en reactivo y nunca mirando al futuro. Esto nos llevará a conductas y situaciones en los que la seguridad pasa a un segundo plano, actuaremos según vayan ocurriendo las cosas y no nos dará lugar a intentar mejorar o reducir el impacto de las consecuencias. Además, sólo podremos analizar el pasado, lo que ya ha ocurrido y nunca anticipar el futuro en base a la medición de los procesos proactivos alineados con una estrategia y una cultura preventiva madura.
Existen herramientas como los indicadores Vision Zero que permiten ayudar el fomento de la buena cultura preventiva con indicadores proactivos y de liderazgo.
Mide y demuestra que la seguridad es una parte esencial
Si tienes todos los elementos anteriores a tu favor, puedes empezar a plantearte unos objetivos (OKR) alineados con la estrategia global que tengan cabida en esa reunión corporativa de la que hablábamos al principio y establecer los criterios de medición que nos ayuden para determinar unos indicadores que ayuden a analizar si la consecución de los objetivos va por el camino deseado o no.
Los OKR son una buena manera de alinearnos con las estrategias corporativas, pero antes de lanzarse a generar OKRs debemos seguir los siguientes pasos:
- Definición de los objetivos (O). ¿Qué queremos y para qué?
- Confección de los Key Results (KR). ¿Cómo llegamos al objetivo?
- Acciones. ¿Qué hacemos para llegar al objetivo?
Además de lo anterior, para saber si la evolución hacia la consecución de ese objetivo, debemos medir en base a los indicadores. Si a esto le sumamos que tenemos que analizar tanto lo ocurrido como anticiparnos a los sucesos futuros, estos indicadores tienen que ser tanto de tipo lagging (indicadores que miden eventos del pasado, por ejemplo, los índices de frecuencia, de gravedad, etc) como tipo leading (indicadores predictivos como mediciones de desempeño, grados de percepción de seguridad…).
Podéis observar que para que los indicadores de SST puedan ocupar un lugar más destacado dentro de los indicadores globales corporativos, es importante disponer de herramientas de reporte, medición, seguimiento y control que nos faciliten la gestión del conjunto para después integrarlos. ¿Te animas a impulsar el cambio?
Si quieres que te ayudemos a realizar una gestión adecuada de los indicadores de SST no dudes en ponerte en contacto con nosotros.